Cuando afirmamos que el dolor surge del cerebro es frecuente pensar que se habla de algo imaginado, mental o autogenerado.

Hoy quiero compartir con vosotros esta animación que hice para mis pacientes (reconozco que la he tuneado un poco).

Las metáforas son una herramienta fantástica para comprender lo que no comprendemos. Nos ayudan a darle significado a aquellos aspectos que son desconocidos, mediante lo que ya conocemos.

El dolor es como una alarma de seguridad.

Una alarma de seguridad está programada para que suene cuando entra algún intruso.

Pero como toda alarma, se puede activar sin que ningún intruso haya entrado, con una mosca por ejemplo.

A ninguno de nosotros se nos ocurriría pensar que nos estamos imaginando el sonido de la alarma, ¿verdad? La alarma suena muy fuerte, igual que si hubiera entrado un ladrón! Pero la alarma se está equivocando.

Pues algo similar ocurre con el dolor persistente.

El dolor es real, fuerte, invalidante, pero no tiene por qué estar sucediendo nada relevante a nivel corporal.

Espero que ésta metáfora te ayude a entender un poco más el dolor.

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