Confía en tu cuerpo

Confía en tu cuerpo

Aún seguimos pensando que el dolor aparece por:

Hacer demasiados esfuerzos en el trabajo

El perro, que nos tira demasiado de la correa

Tener que subir las escaleras cada día porque vivimos en un 5to piso sin ascensor

Sea como sea, acabamos culpando a nuestro cuerpo, lo fragilizamos, dejamos de confiar en él.

En esta foto puedes ver mis manos llenas de callos (hace más o menos dos años que practico Calistenia, un tipo de entrenamiento que se hace con el propio peso corporal).

Mira cómo mis tejidos se han adaptado a esa nueva realidad, se han vuelto más duros (y algo más feos) para soportar mejor las exigencias físicas de los entrenamientos que hago.

Pues tu cuerpo hace exactamente lo MISMO. Tus tejidos cambian constantemente y se adaptan a lo que haces de manera habitual!

Si llevas 5, 10, 20 años haciendo algo, por más exigente que sea, tu cuerpo esta más preparado para hacerlo.

No culpes a tu cuerpo del dolor que tienes, no es él quien lo genera.

Alarmas erróneas en el cerebro

Alarmas erróneas en el cerebro

Cuando afirmamos que el dolor surge del cerebro es frecuente pensar que se habla de algo imaginado, mental o autogenerado.

Hoy quiero compartir con vosotros esta animación que hice para mis pacientes (reconozco que la he tuneado un poco).

Las metáforas son una herramienta fantástica para comprender lo que no comprendemos. Nos ayudan a darle significado a aquellos aspectos que son desconocidos, mediante lo que ya conocemos.

El dolor es como una alarma de seguridad.

Una alarma de seguridad está programada para que suene cuando entra algún intruso.

Pero como toda alarma, se puede activar sin que ningún intruso haya entrado, con una mosca por ejemplo.

A ninguno de nosotros se nos ocurriría pensar que nos estamos imaginando el sonido de la alarma, ¿verdad? La alarma suena muy fuerte, igual que si hubiera entrado un ladrón! Pero la alarma se está equivocando.

Pues algo similar ocurre con el dolor persistente.

El dolor es real, fuerte, invalidante, pero no tiene por qué estar sucediendo nada relevante a nivel corporal.

Espero que ésta metáfora te ayude a entender un poco más el dolor.

Dolor no es inflamación

Dolor no es inflamación

Tengo una paciente que fue al hospital porque le dolía el hombro. Le dijeron que tenía el hombro inflamado.

¿Por qué? Porque tenía dolor, fin.

Yo le miré el hombro y no vi inflamación por ningún sitio, no presentaba ni rubor, ni tumor, ni calor…

Muchos profesionales siguen asociando que dolor es igual a inflamación, pero no es así… Que algo duela no significa que exista inflamación, y muchos menos significa que se tengan que administrar antiinflamatorios.

Esto ocurre cada día, y es bastante preocupante.

Tu dolor es una memoria

Tu dolor es una memoria

Un fin de semana mis hermanos fueron a buscar setas al bosque y trajeron una cesta llena de deliciosas setas. Confieso que son mi debilidad, así que robé unas cuantas y dispuse a darme un buen banquete.

Estaban riquísimas, manjar de Dioses! Pero ese placer no duro mucho. Y es que no hay cosa que me dé más asco que encontrarme algún bicho en la comida… pues las setas estaban llenas de gusanos.

Ahora te juro que simplemente ver o pensar en setas me dan arcadas.

¿Y por qué te cuento esto?

Pues le di vueltas al tema y llegué a la conclusión de que esta anécdota ayuda a entender lo que ocurre muchas veces en el dolor persistente.

El dolor puede ser un recuerdo, fruto de experiencias del pasado.

Igual que pueden aparecer arcadas al oler setas, el dolor puede aparecer si el cerebro detecta parecidos a situaciones anteriores de dolor.

Es importante empezar a entender que esto puede estar sucediendo si tienes un dolor que persiste en el tiempo.

¿Realmente es beneficioso infiltrarse?

¿Realmente es beneficioso infiltrarse?

El uso de corticostiroides es uno de los tratamientos más elegidos para el dolor. Miles de personas son inyectadas de manera periódica para aliviar su sufrimiento.

¿Pero realmente es beneficioso inyectarse?

He traducido este gráfico de un estudio realizado por John W Orchard. En la tabla puedes ver que a corto plazo existen beneficios para ciertas afecciones, pero a largo plazo la cosa cambia… y es que no solo NO se reportan beneficios, sino que además se generan PERJUICIOS evidentes para la salud.

El uso de corticosteroides genera mayor riesgo de sepsis, trombosis venosa profunda y fracturas. Su uso excesivo conduce a efectos catabólicos (debilitamiento de los tejidos) en multiples sistemas, incluidos músculos, huesos y articulaciones.

Entonces ¿debemos seguir asumiendo que este tratamiento es algo benigno, eficaz y seguro para la salud?

Yo lo tengo claro, toma tus propias decisiones.

Abrir chat
1
¡Hola! Gracias por haber dado este paso, deja tu mensaje, en breve me pondré en contacto contigo.